Enamorándome de mi esposa provisoria

Capítulo 44



Capítulo 44

Capítulo 44

Kathleen se sento despues de repartir los regalos,

Con el ceño fruncido, Samuel le tendió la mano,

Kathleen le miro, desconcertada,

-¿Dónde está mi regalo?

-Me olvide del tuyo -respondió con indiferencia.

-¿lo olvidaste? -Samuel resopló. Estaba seguro de que no se había olvidado; solo que no le había hecho un regalo. Ella habia comprado regalos para todos los miembros de la familia excepto para él.

Diana se puso las gafas:

-Katie tiene sus principios. Quien la trate bien, recibirá regalos. -Tanto Calvin como Wynnie asintieron con aprobacion.

Samuel se burló de su respuesta. «¿Acaso no la trato bien también? Come y se viste bien. Nunca la he maltratado».

-¿De dónde has sacado el dinero? -preguntó, enfurecido.

-Es un secreto por ahora. No te preocupes; el dinero es legitimo – Kathleen no estaba dispuesta a decirle la verdad.

El le dirigió una mirada hosca:

-Samuel. ¿todavía no confias en Katie? -Diana estaba molesta.

-Déjalo. No pasa nada si no confia en ella, ya que de todas formas se van a divorciar pronto. Ahora puede preguntar todo lo que quiera. Cuando se conviertan en hermanos, ya no tendrá derecho a cuestionarla – Wynnie aprovechó para burlarse de su hijo.

-; Por qué no puedo interrogarla como a un hermano? -Samuel sintió un parpadeo de irritación.

–No debes sobrepasar tus limites. Como hermano mayor, hay cosas que puedes pedir y otras que no. Además, somos tus mayores. Tenemos más derecho que tú a recibir los regalos – contesto Wynnie sin emocion

Burlándose, Samuel replico:

-¿Quién dice que nos vamos a divorciar?

-¿No quieres divorciarte? Pues que pena, Katie quiere divorciarse de ti-respondió su madre. Têxt © NôvelDrama.Org.

–Puedes preguntarle tú mismo si nos vamos a divorciar – Samuel se volvió para mirar a Kathleen.

Diana frunció el ceña:

Capítulo 44

Kathleen se sentó después de repartir los regalos.

Con el ceno fruncido, Samuel le tendió la mano.

Kathleen le miro, desconcertada.

-¿Dónde está mi regalo?

-Me olvidé del tuyo -respondió con indiferencia.

-¿lo olvidaste? -Samuel resoplo. Estaba seguro de que no se había olvidado, solo que no le había hecho un regalo. Ella habia comprado regalos para todos los miembros de la familia excepto para él.

Diana se puso las gafas:

– Katie tiene sus principios. Quien la trate bien, recibirá regalos. -Tanto Calvin como Wynnie asintieron con aprobacion.

Samuel se burló de su respuesta. «¿Acaso no la trato bien también? Come y se viste bien. Nunca la he maltratado».

-¿De donde has sacado el dinero?-preguntó, enfurecido.

-Es un secreto por ahora. No te preocupes; el dinero es legitimo -Kathleen no estaba dispuesta a decirle la verdad.

El le dirigió una mirada hosca:

-Samuel, ¿todavia no confias en Katie? –Diana estaba molesta.

– Dejalo. No pasa nada si no confia en ella, ya que de todas formas se van a divorciar pronto. Ahora puede preguntar todo lo que quiera. Cuando se conviertan en hermanos, ya no tendrá derecho a cuestionarla – Wynnie aprovechó para burlarse de su hijo.

-¿Por que no puedo interrogarla como a un hermano? -Samuel sintió un parpadeo de irritación.

– No debes sobrepasar tus limites. Como hermano mayor, hay cosas que puedes pedir y otras que no. Además, somos tus mayores. Tenemos más derecho que tu a recibir los regalos -contesto Wynnie sin emoción

Burlándose, Samuel replicó:

-¿Quién dice que nos vamos a divorciar?

-¿No quieres divorciarte? Pues que pena. Katie quiere divorciarse de ti-respondio su madre.

-Puedes preguntarle tu mismo si nos vamos a divorciar Samuel se volvió para mirar a Kathleen.

Diana frunció el ceno:

-Katie, ¿qué está pasando?

-Abuela, he discutido esto con Samuel. Acordamos tener un periodo de enfriamiento durante un mes. Si decidimos que no queremos seguir juntos una vez transcurrido el mes, nos divorciaremos -explicó Kathibon

-Debiste tener un corazón demasiado blando y accediste a todo lo que él quería, ¿no es asi? -adivinó Diana, Kathleen se quedo callada, sin saber como responder.

Abuela: ¿siempre lo sabes todo?>>

Samuel no dijo ni una palabra: «Abuela, ¿de qué lado estas? ¿Siquiera soy tu nieto?»

-Muy bien entonces. Vamos a comer -dijo Diana con frialdad. Estaba insatisfecha de que Kathleen hubiera perdonado a Samuel tan fácil.

Sabiendo que la anciana siempre la habia adorado, Kathleen agachó la cabeza con culpabilidad, como si hubiera cometido un grave error. Se preguntó si queria decir que debian divorciarse de inmediato. Si ese era su deseo, no dudaria en hacerlo de inmediato.

Diana se levantó y se dirigió hacia el comedor, apoyada por Calvin.

Wynnie se acercó a Kathleen y puso su brazo sobre su hombro.

-Mamá se preocupa mucho por ti. Aunque Samuel es mi hijo, también creo que lo dejas libre con demasiada facilidad.

A todos les preocupaba que Samuel siguiera poniéndole las cosas dificiles a Kathleen.

«¿Por qué parecen tan seguros de que no nos divorciaremos un mes después?», se pregunto, confundida.

– Mamá, todavia estoy aqui – le recordo Samuel a Wynnie.

Wynnie le miró con desdén:

-Te estoy tratando como si fueras invisible. Samuel, recuerda que esta es tu única oportunidad. No tendrás otra oportunidad sila pierdes. Si sigues haciendo el tonto y siendo un irresponsable, no estaré de tu lado si Katie quiere el divorcio. De hecho, descorcharé una botella de champan y celebraré que haya escapado por fin de las garras de una escoria.

Samuel se quedó sin palabras.

-Ven, vamos a comer. Ignóralo –Wynnie llevó a Kathleen al comedor.

Esto dejó a Samuel solo para fruncir el ceño y enfadarse. «¿Qué le pasa a esta familia?», se preguntó.

En la mesa del comedor, Wynnie sacó el tema de la cena de cumpleaños de Frances, que se celebraria el dia siguiente

-Mama, le he dicho a la familia Yoeger que los cinco asistiremos a la cena de cumpleanos. No les he dicho que Kathleen es la mujer de Samuel. He dicho que es tu nieta

-Si, asi es – Diana asintió.

-¿Viene Kathleen también? -Samuel frunció el ceño.

-No te preocupes. No va a ir como tu esposa ¿Por qué estas lan nervioso? Sabemos como proteger a Katie

aior que tu. Si no, todo el mundo se habria enterado ya de su matrimonio-respondió Wynnie.

De hecho, la familia Macariera muy buena guardando secretos.

Samuel mirc a Kathleen con desden.

-¿Estás segura de que quieres ir?

-¿No se me permite ir? – Kathleen se sintió un poco herida.

– No lo escuches. El no manda en esta familia -Diana agarró un trozo de carne y se lo pasó.

Los ojos de Samuel estaban fijos e impasibles en Kathleen.

Su corazón se hundió.

-¿Nicolette también estará alli?

«¿Por eso no quiere que esté presente en la cena de cumpleaños?»>

Samuel parecia asustado. «¿Cómo adivino?>>

Al notar su expresión, Kathleen estaba cabizbaja. Sabia que había dado en el clavo.

Diana sintió una sacudida de ira y su rostro se ensombreció:

– Samuel, eres demasiado!

-Ya es bastante malo que no quieras que nadie conozca la identidad de Katie por culpa de tu amante. ¿Ahora te niegas a que ella también asista a la cena de cumpleaños? ¿Quiénes crees que somos? Desde la época de tu abuelo, los hombres de la familia Macari siempre han sido rectos, filiales y respetuosos con sus esposas. Nunca han hecho nada tan absurdo como tú ahora-bramo Diana con rabia.

El marido de Diana siempre la había querido y mimado después de casarse. Su suegra la trataba con amabilidad. Del mismo modo, tanto ella como Wynnie extendieron el mismo afecto a sus propias nueras.

Esa virtud se habia transmitido a lo largo de las generaciones. Un marido debe ser respetuoso con su mujer. Del mismo modo, una esposa debe ser comprensiva con su marido.

La familia Macari siempre había sido una familia honorable y pacifica. De hecho, Samuel nunca habia visto pelear a Calvin y Wynnie. Por lo tanto, Diana sintió que su nieto había ido demasiado lejos esta vez.

–Incluso si no permites que Katie vaya a la cena, crees que Nicolette puede casarse con nuestra familia? Ella te pide que la acompanes a la cena de cumpleaños para que la familia Yoeger no pueda impedirle asistir al evento. Solo te está utilizando. Qué mujer tan astuta se burlo Diana.

El ambiente en la mesa se volvió incómodo y tenso. Kathleen se sentia cada vez mas nerviosa.

«Esto sólo demuestra que no debería ir a la cena

-Abuela, Nicolette solo quiere visitar la residencia de los Yocger y echar un vistazo -contestó Samuel con hosquedad.

Diana le miro con desprecio:

–Puedes creer sus mentiras todo lo que quieras. Pero no nos obligues a hacer lo mismo.

Sintiendose molesto, ei se levantó y le dirigió a Kathleen una mirada gélida:

–Vete si quieres. No voy a interferir. -A continuación, se marchó enfadado.

— Samuel! – Wynnie estaba hirviendo de ira.

«Eso no es interferir? ¡La està amenazando! ¿Cómo pude dar a luz a un hijo así? ¡Podría haber sido mejor dar a luz a un perro!»> Por lo menos, aún podia golpear al perro si la hacia enfadar.

Abatida, Kathleen bajó la cabeza. Diana se sintió mal por ella:

-No te preocupes, Katie. Iremos juntas a la cena de cumpleaños.

Kathleen frunció los labios y guardó silencio.

-Ven, vamos a comer.

A Wynnie le dolió también ver a su nuera tan alterada. Ella sentia que Samuel no debía ser tan poco amable, sin importar la razón.

«Katie debe estar devastada». Se sintieron enfadados por la injusticia de la situación. Después de todo, ella no había hecho nada malo. ¿Por qué no podia asistir a la cena sólo porque Nicolette estaria alli?

Durante los dos días siguientes, Kathleen no vio a Samuel. Ella continuo alojándose en la residencia de los Macari mientras Samuel estaba en el condominio.

El dia de la cena de cumpleaños de Frances, Kathleen se sintió mal. Estaba muy enferma y tenia fiebre.

Wynnie fue a verla. Acariciando su cabeza, le dijo:

-No sufras por Samuel.

-Mama, estoy bien. Deberías irte. No hagas esperar a la abuela y a papá. Dile a la abuela que no se preocupe porque me pondré bien pronto. Y por favor, no dejes que la abuela me visite, ya que no quiero que este enferma tambien.

La cara de Kathleen estaba pálida.

-Está bien. –Wynnie estaba preocupada por ella, pero tuvo que dejarla para ir a la cena de cumpleaños.

Kathleen se tumbo en su cama. La casa estaba tan silenciosa que sintió un vacio en su corazón.


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